Aunque el mejoramiento de las prácticas individuales sea necesario para la conservación, pocos resultados se obtendrán si los emporios no hacen algo al respecto por el impacto que generan... Es decir, yo puedo separar los desechos en la fuente, puedo dejar mi carro guardado y recurrir al transporte público, puedo consumir menos; pero si las grandes industrias y las empresas dedicadas a la explotación de los recursos naturales no se responsabilizan del deterioro al que contribuyen día a día, no tiene sentido el resto de las acciones del ciudadano corriente... ¡Eso pienso!
martes, 15 de noviembre de 2011
martes, 27 de septiembre de 2011
La isla bajo el mar
Hace dos semanas terminé de leer La isla bajo el mar, escrito por Isabel Allende. Me encontré una historia de injusticia, desigualdad, exclusión, segregación, discriminación, opresión y subyugación, pero también me deleité con las imágenes que se reproducían en mi mente, motivadas por lo que leía: la cara de la negra Zarité, sus caderas, su cuerpo inmerso en el movimiento producto de los tambores, sus yerbas y sus santos.
Comparto un link en el que aparece una buena sinopsis del libro:
lunes, 19 de septiembre de 2011
¿Sirena o ballena?
Este fue un correo que me enviaron la semana pasada...
Hace un tiempo se vio por las calles de São Paulo un anuncio publicitario de Runner –una de las cadenas de gimnasios más renombradas del Brasil– con la foto de una chica escultural y la siguiente frase: «Este verano, ¿qué querrías ser: sirena o ballena?». Al parecer, una mujer de São Paulo (cuyas características físicas nunca trascendieron) le envió a la empresa Runner como respuesta el siguiente mensaje:
Las ballenas están siempre rodeadas de amigos. Tienen una vida sexual activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas. Las ballenas amamantan. Son amigas de los delfines y se lo pasan bien comiendo camarones. También se lo pasan bien jugando en el agua y nadando por ahí, surcando los mares, conociendo lugares maravillosos, como los hielos de la Antártica y los arrecifes de coral de la Polinesia. Las ballenas cantan muy bien y hasta tienen CD grabados. Las ballenas son enormes y casi no tienen predadores naturales. Las ballenas tienen una vida bien resuelta, son lindas y amadas por todos.
Las sirenas no existen. Si existieran, vivirían en permanente crisis existencial. «Soy un pez o soy un ser humano?». No tienen hijos, pues matan a los hombres que se encantan con su belleza. (Y yo agregaría que no tienen por donde hacer el amor. ¡Por Dios!). Son bonitas, sí, pero tristes y siempre solitarias.
Runner, querido, prefiero ser ballena. Si me quedaba alguna duda, ¡ya quedó desterrada!
P.D.: En estos tiempos de mujeres anoréxicas y bulímicas, en que la prensa, las revistas, el cine, amigas, madres, suegras y la tele nos meten a la fuerza en la cabeza que sólo las flacas son bellas, este mensaje trae nuevas esperanzas a las ballenitas y, ¿por qué no?, a las sirenitas que no descansan un segundo pensando en su apariencia exterior. Yo prefiero disfrutar un helado junto a la sonrisa cómplice de mi hijo, una copa de vino con un hombre que me haga vibrar y una pizza exquisita con amigos que me quieren por lo que soy, no por cómo luzco.
martes, 13 de septiembre de 2011
Idiota útil
Qué tal diseñar un programa de educación ambiental, promovido por una mina de carbón a cielo abierto, que tiene como objetivo sensibilizar a un indígena sobre el impacto de sus prácticas individuales en el ambiente.
Cualquier parecido con la realidad de la doble moral es pura coincidencia...
jueves, 8 de septiembre de 2011
Dolor de país
A veces amanezco con dolor de país, sobre todo luego de lo que observé de cerca ayer…
Me duele que una manifestación a favor de la educación termine de manera violenta, que el Estado irrumpa en la universidad pública a través del Esmad, en lugar de intervenirla con recursos para la promoción de la ciencia y el desarrollo.
Me duele también recordar que soy comunicadora y que mis colegas en los medios cuenten verdades a medias al narrar los daños ocasionados a los bienes públicos por parte de los manifestantes, pero omiten la parte de la historia en la que seres humanos terminan siendo hostigados y golpeados por el Estado a manos de ejércitos sin rostro.
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