Cada adelanto tecnológico supone un cambio de paradigma social y este paso de lo establecido a lo nuevo ha generado una serie de opiniones y debates entre “los neófobos y los neófilos”, conceptos que Román Guberns, autor de El Eros electrónico, emplea para nombrar, en el primer caso, a las personas renuentes al cambio y, en el segundo, a los que se muestran optimistas y entusiastas con la novedad.
En su momento, cada artefacto tecnológico, desde la imprenta hasta la Web, ha generado varias reacciones, tanto a favor como en contra. Sin embargo, es necesario señalar que el dispositivo no es el elemento decisivo entre las bondades o los perjuicios que susciten, sino que es la sociedad, mediante el uso que hace de la herramienta -para cumplir con sus fines- la que genera tanto las consecuencias positivas como las degradantes.
De este modo, la manera de concebir la ciudad tal y como la modernidad nos la enseñó, ha sufrido una serie de cambios que están directamente relacionados con la aparición de la Internet, la cual, según Raúl Trejo Delarbe, “no solo compite sino que tiende a desplazar a la ciudad”. Un ejemplo de ello lo constituyen los asuntos sociales de índole productiva, pues cada vez es más recurrente el uso de correos electrónicos para intercambiar información; pero también la diversión juega un papel protagónico en el asunto.
Es decir que “quienes, en vez de hacer a diario el recorrido de ida y vuelta entre el hogar y la oficina trabajan desde su casa, ahorran hasta varias horas que de otra forma tendrían que destinar al transporte [… Además] en vez de ir al kiosco de la esquina o al almacén del barrio es posible leer los diarios y comprar los alimentos a través de la red”, apunta Trejo Delarbe.
Esta tendencia cada vez gana más adeptos. Algunas de las cifras más significativas señalan que tan solo en Latinoamérica hay 115.8 millones de usuarios en Internet, los cuales interactúan constantemente por las autopistas de la información. No obstante, el concepto de red social también es un aspecto relevante pues según las cifras presentadas por ComScore World Metrix, publicadas en deltaasesores.com, MySpace cuenta con 109.3 millones de usuarios y Facebook: 100.7
Es evidente, que la Internet hace parte de la cotidianidad y que ha creado nuevas necesidades y formas de vivir la ciudad. La apuesta, debe ser por encontrar un punto de equilibrio en donde la ciudad y la tecnología puedan compartir espacios sin que una desplace a la otra. Para ello es necesario tener claro cuales son las fronteras entre la realidad y la virtualidad y sacarle el máximo provecho a la herramienta haciendo un uso ético de la misma.
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